miércoles, 21 de noviembre de 2007

REINA DE LA PAZ PATRONA DE SAN MIGUEL

REINA DE LA PAZ PATRONA DE EL SALVADOR
Y CORAZON DEL PUEBLO MIGUELEÑO




HIMNO A LA VIRGEN DE LA PAZ



Salve oh Reina de Oriente ensalzada, de tus hijos escucha el clamor; nuestra dulce patrona aclamada, tuyo siempre será el Salvador.
1-
Dulce Madre, a tus plantas llegamos con filial entusiasmo vivaz, y permite tu frente ciñamos como Reina gentil de la paz
2-
Con estrellas y lirios tejida te brindamos corona de amor; las estrellas con luz de tu égida y los lirios tu mismo candor.
3-
Eres pura y que el sol mas hermosa, de esta tierra magnifico honor; Fuiste tú entre tantos mortales elegida por el Creador.
4-
Los rencores, el odio, la guerra, las envidias, el falso disfraz, con tu amor y cariño destierra, y en nosotros que reine tu paz!





DATOS HISTORICOS SOBRE EL HALLAZGO DE LA IMAGEN
DE LA REINA DE LA PAZ

1. Contexto histórico del hallazgo de la imagen
.
El hallazgo de la bella imagen de la Reina de la Paz está estrechamente relacionado con el éxodo de los pueblos insulares del Golfo de Fonseca, para instalarse en tierras firme del Volcán de Amapala, nombre dado por los indígenas al volcán conocido hoy como Conchagua. Tal éxodo tuvo como causa la invasión de los piratas ingleses a todos los pueblos de la costa litoral salvadoreña. Veamos más detenidamente estos sucesos.
De acuerdo con las investigaciones del conocido historiador Jorge Lardé y Larín, el Golfo de Fonseca fue descubierto por Andrés Niño, piloto mayor de la expedición del Capitán Gil González de Ávila, en el año de 1522.
Este golfo esta sembrado por un hermoso archipiélago compuesto de seis islas grandes y cinco pequeñas, las cuales son: Meanguera, Conchaguita, Punta Zacate o Zacatillo, Zacate Grande, el Tigre, Perico, Martín Pérez, Coyote, Conejo, Chuchito y Blanca. De las cuales sólo dos estaban pobladas por los Lencas en el momento del descubrimiento: Meanguera, la cual fue bautizada por los conquistadores con el nombre de Petronila, en la que vivía una pequeña comunidad indígena, y Conchaguita, habitada por dos comunidades de la misma etnia: los Tecas y los Comizahualt o Conxagoas.
Otra pequeña población indígena estaba instalada en tierra firma, a la orilla de una playita ubicada al oriente del volcán de Amapala, la cual llevaba este mismo nombre. Esta última población es de vital importancia para definir los detalles del hallazgo de la imagen de la Reina de la Paz.
Poco tiempo después de la conquista los misioneros franciscanos realizaron una serie de visitas a toda la zona del golfo de Fonseca, incluyendo tierra firme de Honduras (Nacahome), de Nicaragua (Chinandega) y de El Salvador (Amapala y Yayantique). Estas tuvieron muchos éxitos, pues se evangelizó a los indígenas y la mayoría asumió voluntariamente la fe cristiana. Se formaron comunidades que perseveraban en la oración y recibían los sacramentos. Para dar seguimiento a la misión los frailes mantenían frecuentes visitas a estos pueblos insulares, ganándose así el corazón de aquella humilde gente que les llegó a tributar respeto y confianza.
En el año de 1548 la isla de Conchaguita contaba con una población aproximada de 500 habitantes, en sus dos comunidades. De éstos cien pagaban tributo a la Corona Española.
Con grandes sacrificios y penalidades los padres seráficos lograron edificar dos Ermitas en esta isla: una en el pueblo de los Tecas bajo, el patrocinio de Nuestra Señora de Santa Ana, a la que se celebraba el 26 de julio, y la otra en la población de los Conxagoas, a la que le asignaron como Patrono a Santiago Apóstol, cuya fiesta se celebraba el 25 del mismo mes.
El pueblo que más respondió a nivel religioso fue el de Amapala (cerro de las culebras), pues su población creció mas rápidamente y su importancia comercial se destacó debido a su puerto, camino mas seguro y menos arriesgado para llegar a las costas de Honduras y Nicaragua. Este puerto de Amapala se ubicaba en la playita que ahora se conoce como Pueblo Viejo y que está enfrente de la isla del Zacatillo. La población de Amapala se asentaba en un pequeño llano localizado a unos 500 metros al poniente del puerto, después de subir una pequeña cuesta en dirección del volcán de Conchagua. Este pueblo cobró gran importancia porque servía de sede para los misioneros. Por tal razón los franciscanos habían edificado allí un majestuoso templo en el que se veneraba como Patrona a Nuestra Señora de las Nieves, cuya imagen se conserva todavía en la iglesia parroquial de Conchagua. Posiblemente el templo de los Amapalas fue saqueado e incendiado por los piratas y después abandonado por la comunidad, pues de él sólo se conservan algunas paredes totalmente deterioradas por el paso de los años y las inclemencias del tiempo. Los habitantes de Amapala, al igual que las demás comunidades insulares ya mencionadas, buscaron lugares más seguros y se instalaron posteriormente en las faldas del Volcán de Conchagua.
2. ¿En qué Lugar fue encontrada la Imagen de la Reina de la Paz?
Este es un problema que los historiadores que narran estos hechos no definen claramente. La mayoría se limita a decir que la caja misteriosa que contenía la imagen de la Virgen de la Paz fue encontrada en las riveras o playas del Mar del Sur. Pero sabemos que como Mar del Sur se define todo el Océano Pacífico. A partir de esto no se puede determinar un lugar específico sin mayor prueba; tal es el caso de los que afirman que fue en la playa de El Cuco, sin ninguna argumentación histórica.
El único historiador que define un lugar específico es Jorge Lardé y Larín, quien al narrar las luchas entre los milicianos de San Miguel apoyados por los pueblos insulares, contra los Piratas ingleses que se habían instalado en el Golfo de Fonseca en el año de 1682, nos dice: los piratas "en su retirada dejaron abandonada en el extinguido pueblo y puerto de Amapala, cerca de punta Chiquirín y frente a la isla de Zacatillo o Punta Zacate, la imagen de una Virgen, la de Nuestra Señora de la Paz, que en solemne procesión fue trasladada a la ciudad de San Miguel y jurada como milagrosa patrona por su fanático vecindario" (El Salvador: Historia de sus Pueblos, Villas y Ciudades, pag. 430).
Si tenemos en cuenta el texto citado del historiador más conocido de nuestro país, el lugar preciso en que fue encontrada la misteriosa caja que llevaba la bella imagen de la Reina de la Paz con su precioso niño, fue la playa del antiguo pueblo y puerto de Amapala, asentado en tierra firme de las costas del Golfo de Fonseca, frente a la Isla El Zacatillo; es decir, en la actual playa de Pueblo Viejo, a pocos kilómetros al sureste de la ciudad de la Unión.
¿Por qué no aceptamos la teoría tradicional de que tal imagen fue encontrada en la playa El Cuco? Sencillamente porque no parece tener sostén histórico ni argumentación lógica. No existen pruebas claras de que esas playas estuvieran pobladas en esa época, ni tampoco es comprobable la existencia de un paso de mercaderes o comerciantes por tal lugar, para afirmar que ellos trajeron la misteriosa caja a San Miguel.
En cambio, cuando afirmamos que el lugar del hallazgo fue la playa de Amapala, lo hacemos basados en las siguientes razones de carácter lógico e histórico:
1ª. Es comprobable históricamente la existencia de 4 comunidades indígenas en el golfo de Fonseca, tres de las cuales vivían en las islas de Conchaguita y Meanguera y una en tierra firma, Amapala, tal como lo hemos afirmado en el contexto histórico.
2ª. Es un dato histórico cierto la instalación de los piratas ingleses en las islas del golfo de Fonseca y su consiguiente destrucción y saqueo a todos los pueblos cercanos a la costa salvadoreña, precisamente en el mismo año (1682) en que apareció la misteriosa caja, la cual pudo haber sido parte del botín pirata. Lo anterior daría una explicación del origen de la Imagen. Por eso resulta lógico decir que posiblemente la caja se haya caído del barco de los piratas (como lo insinúa en su narración Jorge Lardé y Larín) y que haya salido flotando en las olas hasta llegar a la orilla y ser encontrada por los lugareños; quienes en este caso serían los indígenas pescadores o los comerciantes que pasaban por allí. Dadas las circunstancias violentas ya mencionadas sería más aceptable afirmar que fueron los habitantes del lugar quienes recogieron la caja de la playa y que después se la entregaron a los primeros mercaderes que se atrevieron a reiniciar sus actividades comerciantes después del conflicto librado contra los piratas.
3ª. La existencia del Puerto de Amapala, como canal comercial con Nacahome (Honduras) y con Chinandega (Nicaragua), abona al hecho de que hayan tenido participación los mercaderes o comerciantes en la conducción de la imagen a la ciudad de San Miguel de la Frontera, en la fecha señalada. La existencia actual de las paredes deterioradas de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de la Nieves de Amapala constata claramente este hecho.
4ª. El nivel de conciencia cristiana infundida por las misiones de los frailes franciscano a las comunidades indígenas que habitaban el golfo de Fonseca y la existencia de una Iglesia y un convento en el pueblo y puerto de Amapala, favorecen al hecho de que le dieran a aquella misteriosa caja un significado religioso y la quisieran conducir hacia un lugar donde existieran autoridades religiosas. En este caso se cree que la caja era conducida a la parroquia central de San Salvador, donde había presencia permanente de sacerdotes y desde donde se coordinaban todas las misiones. La parroquia de San Salvador era vista por los fieles de la época como una especie de obispado. Por eso lo más indicado era llevarla hasta allá. Pero la burrita se detuvo en San Miguel.
5ª. Cabe también la posibilidad de que tales mercaderes hayan pensado que la caja pertenecía a los frailes que temporalmente se hospedaban en el pequeño convento y que a causa de los violentos enfrentamientos entre los milicianos y los piratas se fueron para San Salvador, donde seguramente tenían la sede central. En ese caso la caja sería conducida directamente a una comunidad franciscana conocida por los mercaderes.
6ª. Existe también una teoría, según algunos testimonios, defendida por el Pbro. Baltasar Garay, muy amante de la historia y de la poesía, e insinuada por algunos historiadores. Tal teoría afirma que la caja donde estaba la imagen era conducida desde el Golfo de Fonseca por los antiguos habitantes de la Isla de Meanguera, quienes venían huyendo de los piratas y deseaban instalarse en un lugar seguro de las tierras del norte, donde posteriormente se ubicaron. Estos son los que dieron origen al pueblo de Meanguera, Morazán, quienes en su peregrinación hacia el norte, al pasar por San Miguel no pudieron sacar un paso más a la burrita, obligándose a bajarle la misteriosa y pesada caja en la plaza central. En este caso los que trajeron la Virgen no serían ni siquiera mercaderes, sino indígenas que llevaban aquella caja como botín de guerra rescatado del barco pirata o como propiedad de su comunidad, después de haberla encontrado en la playa.
En cualquiera de los casos anteriores es razonable pensar que la famosa caja sellada conducida a lomo del burrito, se llevara para entregarla a las autoridades locales, concretamente a la alcaldía, curato o convento de la pequeña ciudad de San Miguel de la Frontera.
En Conclusión, teniendo en cuenta todos los razonamientos anteriores, creemos que la caja misteriosa que contenía la imagen de nuestra augusta patrona Reina de la Paz, fue encontrada en la pequeña playa del pueblo y puerto de Amapala, tal como lo afirma Jorge Lardé y Larín. El lugar preciso al que nos referimos se puede ubicar hoy a unos cinco kilómetros al sureste de la ciudad de La Unión, en la pequeña playa llamada Pueblo Viejo.
Sin embargo lo más importante de todo esto es el hecho de que el asno no quisiera o no pudiera pasar de la plaza central. Este detalle se interpretó como un acontecimiento religioso de gran trascendencia después de abrir la caja. Se trataba de una preciosa imagen de la Madre de Dios que quería quedarse para siempre con los migueleños, para ser su protectora, su patrona, su pacificadora.
3. ¿Dónde y quién esculpió la Imagen de la Reina de la Paz?.
No hay datos precisos para dar una explicación clara sobre el posible escultor o el taller donde se esculpió la bella imagen que ahora tanto venera como patrona el pueblo católico migueleño y de todo El Salvador. Sin embargo, sin mayores dudas podemos afirmar que su origen es europeo. Posiblemente se haya traído de España, como la mayoría de las imágenes de ese tiempo. De hecho los rasgos de su escultura coinciden mucho con los de las demás imágenes españolas. Fuera de lo anterior no podemos confirmar nada.
Pero vale la pena aclarar algunos malos entendidos sobre esta Imagen. Me refiero a afirmaciones irresponsables de personas protestantes e incluso católicas, que afirman que la imagen que está entronizada en el altar mayor de la Catedral Basílica de San Miguel, no es la original que llegó en 1682, sino que fue esculpida posteriormente por un escultor migueleño. Otros, todavía más atrevidos dicen que toda esta historia no es más que mitología e invento de los católicos fanáticos que quieren a toda costa promover la devoción a la Virgen María. Tales afirmaciones son una ofensa a la Madre de Dios y un claro irrespeto a la Iglesia Católica. Si bien es cierto que la devoción que los católicos tributamos a la Madre de Dios, la Santísima Virgen María, esta sustentada en la doctrina bíblica, en el magisterio y la tradición de la Iglesia, esto no quita que se fomente tal devoción a través de un icono o imagen atractiva de la Virgen. En el caso de los migueleños aquella bella imagen encontrada en la playa les inspiró un profundo sentimiento de fe, cariño y veneración a María de Nazareth, a la que invocaron con el título de Nuestra Señora de la Paz. Por esta fe se ha conservado lo más cuidadosamente posible su imagen a largo de más de tres siglos y jamás se ha sustituido por otra.
La bella imagen de la Reina de la Paz, es patrimonio de la Diócesis de San Miguel y de todo el pueblo migueleño. Esa imagen es el signo de la presencia maternal de la Virgen María en medio de nosotros, que como gran intercesora nos ha protegido en el peligro y nos ha consolado en los momentos tristes, como fue la amenaza de destrucción del Volcán Chaparrastique. Por eso la seguimos invocando:
¡Reina de la Paz, ruega por nosotros y concédenos la Paz!
AUTOR:
Pbro. Emilio Antonio Rivas Segovia,
Vicario General de la Diócesis de San Miguel





LA REINA DE LA PAZ PROTEJE MILAGROSAMENTE

LA CIUDAD DE SAN MIGUEL



La fe y confianza depositadas en la Virgen de la Paz, vive desde que llegó a nuestras playas, con fuertes raigambres, en el alma del pueblo salvadoreño y especialmente en el migueleño, y no han quedado frustradas. Veámoslo.
1. El 21 de septiembre de 1787, -105 años después del hallazgo- el volcán Chaparrastique entre grandes y espantosos temblores de tierra y tempestuosas tormentas, hizo una de sus más formidables erupciones.
La lava ardiente casi llegaba a la Ciudad, amenazando su inminente destrucción. Angustiados los vecinos, se congregaron en la plaza principal, junto a las autoridades locales, sacerdotes y religiosos franciscanos y mercedarios, quienes infundían confianza al afligido pueblo, exhortándolo a pedir a Dios misericordia con arrepentimiento de los pecados y a invocar la protección maternal de la Virgen de la Paz.
Decidieron en clamor unánime sacar la imagen de Nuestra Señora de la Paz a la puerta principal de la antigua Iglesia parroquial. Y colocada que fue frente a las fuerzas volcánicas, al aparecer la sagrada Imagen, al grito de “Sálvanos Reina de la Paz”, la lava inmediatamente tomó otro rumbo buscando al sur de la Ciudad; cubrió grandes extensiones de tierras fértiles, a la vez que gran parte de la laguna El Jocotal.
Refiérese históricamente que después de efectuarse el portentoso milagro que se acaba de relatar, en el límpido cielo se dejó ver con toda la claridad una bellísima palma formada por blancas nubes, cuyo pie fue a posarse en el inmenso cráter del turbulento volcán.
Tan admirados quedaron quienes vieron aquella magnífica señal, que el pueblo optó por colocar en la diestra de la Sagrada Imagen, una palma de oro en conmemoración de aquel acontecimiento que la tradición se ha encargado de hacer prevalecer como algo notable, asombroso y único en estas latitudes.
La Corporación Municipal, con distinguidos vecinos de la Ciudad, religiosos franciscanos y mercedarios, en nombre del pueblo agradecido formularon y juraron estos votos a su Patrona: 1º. Celebrar a perpetuidad, todos los años, la conmemoración del portentoso milagro; 2º. La víspera del 21 de septiembre ayuno de todo el pueblo, rigurosos, hasta los niños de pecho, en señal de penitencia y mortificación voluntarias.
2. El jueves 25 de junio de 1903, entre cinco y seis de la tarde, un estruendo conmovió a la ciudad de San Miguel. Un rayo fulminó sobre la cúpula de la Iglesia de San Francisco, templo santuario de nuestra Patrona e iglesia parroquial.
La chispa sólo produjo incendio que comenzó en el camarín de la Virgen, quemando las vestiduras de la Imagen, ennegreciendo y ampollando el retoque, sin dañar las perfecciones escultóricas.
La lluvia arreciaba y el huracán amenazaba a la ciudad. Las descargas eléctricas consecutivas embargaban los ánimos. Las fuerzas huracanadas derribaron árboles y los tejados de las casas eran arrancados por la violencia de la tempestad.
Pronto se supo la noticia de la desgracia, y no obstante que por las calles se hacia difícil transitar, el momento llenose el templo de fieles. La consternación era general.
Se llamo al mejor escultor guatemalteco, D. Cipriano Dardón para restaurar la Imagen. Con ese fin se la llevó en procesión de desagravio de la Iglesia parroquial a la de Santo Domingo, llevando la Imagen y el Niño cubiertos el rostro, en medio de una manifestación impresionante. El trabajo lo hizo el escultor en la sacristía de este último templo.
Después de casi tres meses, fueron entregadas las imágenes, siendo conducidas en solemne procesión a la Iglesia parroquial, en recorrido por céntricas calles, entre delirante entusiasmo, estallido de petardos y músicas marciales.
3. La Catedral-Basílica, Santuario Nacional de la Patrona de El Salvador.
El 21 de noviembre de 1862 el Capitán General Gerardo Barrios, natural del departamento de San Miguel, colocó la primera piedra de la actual Catedral, santuario que guarda a la Patrona de la Nación.
Para llevar a cabo su construcción, a las “Entradas Dominicales” existentes ya antes de iniciarse los trabajos, y al trabajo gratis que ofrecían los albañiles dando uno y más días de trabajo, se agregaron –en 1914- las “Entradas anuales” que se verifican entre el 21 y 8 de septiembre con participación de todos los Barrios de la Ciudad, como agradecimiento por la liberación de la erupción del Chaparrastique. De esta forma se terminó la obra con buen resultado económico.
Por fin el 21 de noviembre de 1962, justamente cien años después, se abrió el templo, orgullo de los migueleños, siendo Obispo de la Ciudad Mons. Miguel Ángel Machado.
La imagen se trasladó desde su primer templo –la Iglesia de San Francisco-. En un altar de mármol de Carrara, luego la Virgen de la Paz toda su belleza escultórica y toda su Realeza de Madre de Cristo. Numerosos vitrales con bellos paisajes bíblicos realzan su belleza.
En la parte exterior lucen en mármol las estatuas del Capitán D. Luis Moscoso, fundador de la ciudad y la del Capitán General Gerardo Barrios, iniciador de los trabajos de la Catedral.




ORACION
INTERCESION VIRGEN DE LA PAZ


Señor Jesucristo que dijiste a tus Apóstoles mi paz os dejo, mi paz os doy, no atiendas a nuestros pecados, sino a la fe de tu Iglesia y a la poderosa intercesión de nuestra Madre la Santísima Virgen de la Paz.
Por ella te pedimos, Señor, la paz de nuestras almas perdonando nuestras culpas y dándonos la gracia de no volver a cometerlas. Para que, puestas en paz con Dios nuestras conciencias merezcamos obtener los favores que pedimos en este triduo por la valiosa intercesión de tu Santísima Madre de la Paz.

Amén.



CONFERENCIA EPISCOPAL DE EL SALVADOR

una pequeñisima muestra de amor a Nuestra Madre, tú que leiste estas paginas levanta una brevisima plegaria por la persona uqe hizo este blogger. QUE DIOS TE BENDIGA.